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ES TIEMPO DE PINOTMANIA

Sin querer queriendo, nos sumergimos en el complejo mundo de la Pinot Noir, la variedad tinta con fama de ser la más caprichosa de todas.

Puede ser que haya sido la película Sideways o “Entre Copas” como fue traducido su título al español, la que disparó el fenómeno de la Pinot Manía. O tal vez fue su personalidad llena de caprichos, la inspiración para la novela que dio vida a la misma película; tan bien adaptada al cine en el año 2004, que ganó hasta un Oscar por Mejor Adaptación de Guión. Lo que sí sabemos con certeza, es que la Pinot Noir es una antigua cepa tinta originaria de Borgoña, región ubicada en el frío centro Norte de Francia, y que ha ido ganando terreno desde hace más de dos décadas; no solo entre las preferencias de los consumidores; sino en hectáreas de viñedos plantados alrededor de todo el mudo.

Otra cosa que sabemos muy bien sobre la Pinot Noir, cuyos primeros registros datan del año 312, es que la fascinación por ella, está en su carácter delicado y difícil. Difícil de cultivar, porque tiene mañas para encontrar el lugar adecuado donde sentirse a gusto. Porque no le gusta el sol en exceso, ni los suelos demasiados profundos, o demasiado pobres. Delicada en el manejo de sus uvas una vez en la bodega, porque sus pieles y color también lo son. Este alto grado de desafío, que se traduce en algunos de los vinos más sofisticados y caros del planeta, es lo que la ha llevado a ser plantada prácticamente en cualquier país productor de vinos.

En la Borgoña, donde reina y produce sus exponentes de mayor prestigio, como el mítico Grand Cru Romanée Conti, se cultiva bajo la premisa de que es un instrumento muy bien afinado capaz de reflejar sus 400 tipos de suelos y 84 Apelaciones de Origen Controladas diferentes.

Saber elegir los mejores vinos entre tanta diversidad dentro de una misma región, nunca fue una tarea fácil, menos aun si sumamos que en Borgoña, donde la Pinot Noir cohabita principalmente con la cepa blanca Chardonnay, hay más 4.000 productores. Y eso ya lo sabían los monjes cistercienses, cuando empezaron a diferenciar sus viñedos en climats, incluso antes del siglo IX.

Fue para ayudarnos en esa elección, que existe un sistema de categorización basado en el pedigrí de esos diferentes orígenes, establecido legalmente en 1935; aunque basado en los conocimientos de aquellos sabios monjes de cistercienses. Así, los vinos de mayor prestigio son aquellos identificados bajo la categoría Grand Cru (de los cuales hay 33), seguido de los Primer Cru ( los que suman 640 climats diferentes). Luego, vienen las apelaciones comunales llamadas Villages (44) y al final, en la base de la pirámide de prestigio, junto a los vinos de precios más económicos, están las Apelaciones Regionales (23). ¿Complicado? Lo es. Fascinante el nivel de sofisticación alcanzado por el conocimiento, también.

Para resumir, un poco al menos, podemos decir que la mayor cantidad de Grand Cru o grandes vinos de la Borgoña están en su sector Norte de las llamada Lomas de Oro o Côte d’Or, donde el 92% de los vinos se elaboran a partir de Pinot Noir, y donde los viñedos se encuentran sobre suelos de roca calcárea. De ahí, finalmente el vínculo en el resto del mundo entre Pinot y este tipo de suelos ricos en carbonato de calcio.

Si bien ya se habrán dado cuenta que es muy difícil generalizar si hablamos de Pinot de la Borgoña, podemos decir que sus vinos aún jóvenes se identifican con un color violeta delicado, de capa media a baja, y en aromas y sabores a frutos rojos y azules, sumado a notas de bosque húmedo y violetas. También, con una fuerza en boca baja o media, debido a su poca carga de pigmentos y taninos. Es por ello, que en su mayoría evolucionan muy rápido y se recomienda beber aún jóvenes. Pero… cuando el lugar adecuado se une a la mano precisa del hombre, logran darnos esos vinos con más tensión y gran potencial de guarda que son leyendas.

A la Pinot Noir, además, le gusta el frío, pues le permite madurar lentamente sin perder aromas ni acidez. De allí, que es la única cepa tinta plantada, por ejemplo en la fría región francesa de Alsacia; es la más plantada en Suiza, y la tercera más plantada en los viñedos de Alemania, donde se le conoce también como Spätburgunder. En Europa del Este, también está, cómo no: sumemos pues a sus dominios países como Moldava, Ucrania, Romania, Ucrania, Croacia y Rusia. Y por supuesto, también está en el Nuevo Mundo.

En Nueva Zelandia, ya es la segunda cepa más plantada después de su estrella la Sauvignon Blanc. A su vez, es reconocida especialmente en Oregon, Carneros y Sonoma Coast dentro de los Estados Unidos, donde justamente después de la película Sideways, estrenada en 2004, pasaron de tener 24 mil hectáreas a sumar más 40 mil.

Argentina ha comenzado a cosechar ya lindos frutos de ella, en sus zonas más frías, de Norte a Sur. Mientras, en Chile, el furor por ella no ha sido tampoco esquivo. La vemos plantada prácticamente desde San Pedro de Atacama, en la región de Antofagasta, en un viñedo cerca de los 3.000 msnm, hasta el Lago General Carrera, en la región más Austral de Chile. Y. aunque, estos dos viñedos están buscando probar hasta dónde puede llegar dentro de zonas de clima frío, es en la 5ta Región, formada por los Valles vitivinícolas de Casablanca y San Antonio, donde la encontramos en mayor cantidad. Sumando ya más de 1.800 hectáreas. Una cifra impensable, hace 30 años atrás, cuando en ninguno de los dos valles siquiera se empezaban a plantar viñas.

Hoy en todo Chile existen más de 4.100 hectáreas de Pinot Noir y su diversidad es tan amplia como los paisajes donde está plantada.

Australia no se queda atrás en su interés por ella, y en su región más fría, en la isla Tasmania, también es estrella; en especial para sus ya famosos espumantes. Y es que si hay otro mundo donde esta cepa manda, es en el mundo de las burbujas. Eso es, una vez más, debido a que es la variedad tinta más importante dentro de la región Champaña; vecina hacia el Norte, como no, de Borgoña.

Otra de las particularidades de la Pinot Noir, a diferencia de Cabernet Sauvignon, Merlot o Syrah, otras tres grandes tintas de Francia, es que rara vez la veremos mezclada con otras cepas para elaborar un vino.

Sabiendo de sus exigencias y fascinación, no es de extrañarnos que la Pinot Noir sea una variedad que pide pagar precios más altos que la media, si es que queremos admirar su calidad. Una mala noticia, es verdad. Pero ahora viene la buena. Y es que Chile se ha posicionado en el mundo como productor de excelentes Pinot Noir en su relación precio/calidad. Algo con lo que, aunque venga de cerca, no podemos estar más que de acuerdo.

Publicacion 05-11-2020: Mariana Martinez para Santiago Wine Club.

Link a graficas de Borgoña

El Viñedo de Côte d’Or en Borgoña

 

Link a trailer película Sideways