EN LA DIVERSIDAD DE LOS DESCORCHES DE FIN DE AÑO ESTÁ LA EMOCIÓN
Familia, cosas ricas, regalos y larguísimas sobremesas, hacen que las cenas de Navidad y las fiestas de Fin de Año sean tan especiales, incluso, o sobre todo, también este año 2020. Que así sea, al equipo de Santiago Wine Club nos encanta porque es el momento que nos exige seleccionar con más cariño que nunca los vinos para acompañar cada receta preparada por los cocineros de la casa. Aquí compartimos buenas ideas para hacer que cada uno de esos platos brille por sí mismos; pensado desde la bienvenida hasta la apertura de los regalos bajo el arbolito.
Porque si de cenas largas para celebrar la despedida de años tan especiales como este se trata, la gracia no estará en descorchar solo ese gran vino que habia estado guardando por tanto tiempo, sino en el paseo por la diversidad que podremos literalmente tomar en una sola noche.
Si calculas una botella para cada plato diferente, verás cómo en un grupo de al menos 6 adultos, habrán descorchado la misma cantidad de siempre, pero habiendo recorriendo un viaje de sabores mucho más entretenido.
Para refrescar la bienvenida: especialmente si ha sido un día largo, movido y caluroso, nada mejor que recibir a la familia en casa, o llegar uno mismo donde sea que vaya, con un vino bien refrescante y ya bien heladito. Si quieres sorprender, por qué no atreverte con un vino Rosado, ya sea con o sin burbujas. El color de moda es el rosa muy pálido, el que además ayudará a despertar los sentidos de todos y su curiosidad. Además, su efecto chapuzón de piscina acompañará perfecto los primeros picoteos; esos más livianos, como canapés con verduritas o mariscos crudos, o sobre tostadas bien crocantes. Pero, si crees que a tus compañeros de mesa no les gustará probar cosas nuevas, descórchales ese Sauvignon Blanc o Chardonnay de clima frío, que tanto te emocionó este año. Recuerda que ahora no solo pueden venir de la costa sino también de la montaña o del Sur. Y, si quieres seguir brindando con un espumante al final de la noche, guarda para entonces el más complejos, del método champenoise o segunda fermentación en botella: la idea es que durante toda la noche, sin siquiera pensarlo, avances de menos a más. Nuca al revés. Como la vida misma.
Para las partidas intensas: Pensando en acompañar los picoteos de sabores más intensos, elaborados con masas, quesos gratinados, o con sabores especiados, te recomendamos elegir vinos blancos de cepas exóticas o menos conocidas como Riesling o Gewürztraminer y Moscatel de Alejandría. Pero, si sabes que tu familia no es de blancos, rompe esquemas con tintos ligeros, de las cepas que dan vinos de cuerpos más ligeros, como Cinsault y Garnacha, los que invitan a servirlos más frescos. Ahora, si la apuesta en la mesa es por sabores criollos, como arrollados campesinos, atrévete a sorprender con un tinto ligero de cepa País. Es la cepa que más ha dado de qué hablar en los últimos años, así es que si en tu familia hay quienes siempre buscan probar cosas nuevas, le darás un gran regalo.
Primer plato de carnes blancas o veganos cremosos: Preparaciones frías o calientes de sabores suaves en base a vegetales, pescados, mariscos con pinzas, pavo o pollo, serán gran compañera de vinos blancos más pesados en boca como Chardonnay y Viognier. También, con los nuevos Semillones que tanto están dado de qué hablar si de vinos blancos se trata. Los Pinot Noir más sofisticados serán la mejor compañía para estos platos si queremos descorchar los primeros tintos más elegantes. Pero si crees que habrá osados entre los comensales mayores edad, atrévete a sorprenderlos con un vino de cepas blancas fermentado con sus pieles; son los nuevos naranjos que tanto que acompañan platos de gran complejidad de sabores y capas aromáticas, como curris o sabores ahumados.
Para platos veganos o carnes rojas sabrosas: Si bien cada vez se preparan menos estofados o platos de larga cocción al horno en las fiestas de fin de año en hemisferio Sur, no hay duda que estas son las fechas que invitan a preparaciones más elaboradas con más capas profundidad de sabores. Para estos platos, sean o no con carnes rojas, los grandes tintos son la mejor compañía. Tal vez tienes alguno guardado en algún rincón de la casa por varios años, esperando una gran ocasión. Si estar compartiendo o despedir 2020 no lo es, ¿cuándo? Carigñan, Petit Verdot, Tempranillo, Cabernet Franc… aventúrate por cepas menos conocidas y sus infinitas combinaciones de mezclas. Si ya tienes tu elegido con más de una década, asegúrate de ponerlo en posición vertical al menos en la mañana; al descorchar ten mucho cuidado que los sedimentos que ha dejado el paso del tiempo en el fondo de la botella, por la gravedad, no pasen a las copas. Lo mejor para evitarlo será usar un decantador. Si lo usas le habrás dado un toque ultra plus especial a la mesa. Si hay niños, te aseguramos que no lo olvidarán. Además, el vino ganará complejidad aromática y ganará textura más suave en boca.
¿Y si hay quesos antes del postre? Si hay de esos quesos cada vez más sabrosos, como los que puedes encontrar en nuestras tiendas, reserva para ellos mejor ese gran tinto con muchos años de guarda, y abre uno más joven junto el plato de fondo. Recuerda que el juego de la noche, es viajar de menos complejidad a más. Si además has elegido un queso azul, un vino tipo Oporto, de Portugal no puede faltar. Y si hay alguna torta de chocolate o especias para cerrar, intenta que la copita les dure más allá del queso. La compañía es sublime.
Postres, frutos secos y turrones. Aquí está el lugar de los vinos dulces, y ojalá que no sea uno cualquiera. Por el contrario, recuerdas que vamos de menos a más, asegúrate de que el vino sea tan intenso en sabores y aromas como el mismo postre. Si tienen larga guarda en la botella y su origen es clima frío, será ideal. Ahora, si alguien llegó con postres de leche como tortas de milhojas, no podemos dejar de recomendarte acompañarlos con un gran Pisco anejado en madera. Sirve el Pisco en un vaso corto con un gran cubo de hielo y espera que sea medianoche.
El bajativo para la despedida: amargos, vermut o destilados, todos sabores intensos, que serán un cierre perfecto para limpiar paladares y ayudar a la digestión del banquete que acabas de disfrutar y compartir. Un buen consejo aparte, es que nunca falte el agua fresca en la mesa con un vaso para cada uno, cosa de poder rellenarlos cuando cada quien guste. Hidratar para no dormirse es el lema.
A esta altura y pensado en la mañana siguiente, seguro te preguntarás: ¿debo cambiar de copas entre vino y vino? Si has cumplido la regla de avanzar de menos a más, no será necesario. Procura sí refrescar todos los vinos en el refrigerador o en hielo antes de servir. Recuerda que aunque muchos están esperando la llegada del Viejito Pascuero por estos días, el Polo Norte está muy pero muy lejos.