Tiempo de Vendimia

La vendimia es la poca más importante para la producción del vino sin discusión alguna, y eso se debe a que durante estos meses del año, entre fines del verano e inicios del otoño (según sea el hemisferio donde estén), las bodegas deben decir cuándo van a cosechar sus diferentes frutos. Una decisión que no es nada sencilla, porque si se equivocan en el punto de madurez de las uvas, o acaso ocurre algún problema en viñedos o en bodega para convertirlas en vino, deberán esperar todo un año para volver a intentar la calidad que querían.
Esta es la razón por la cual que es tan importante que quienes están a cargo de tomar las decisiones en relación a la fecha de cosecha, sean personas con mucha experiencia. Degustación y análisis de laboratorio ayudan en esta tarea.
Los encargados de cuidar el viñedo durante todo el tiempo en que se fueron desarrollando las uvas, hasta el momento de cosecharlas, son los vitivinicultores. Ellos, tienen como rol principal, entregar a la bodega las uvas maduras según sea el tipo de vino que con ellas se busque elaborar, y siempre lo más sanas posibles. Sabido es que con uvas malas no se pueden hacer milagros, y es el enólogo en bodega quien tiene la tarea de no estropearlas, o por el contrario, resolver si vienen con problemas. Y es que, en el sentido más purista del proceso de convertir el jugo de las uvas en vino, sólo se necesita de la acción de las levaduras. Son ellas, microscópicos organismos, las que convierten sin ayuda más que de nutrientes presentes en el mismo mosto los azúcares del jugo en alcohol.
Para que este proceso llamado fermentación alcohólica se realice sin problemas, es decir que las levaduras hagan su trabajo sin tomarse descansos o peor aún, dejar de alimentarse, es muy importante que las uvas lleguen lo más sanas posible a la bodega. De estar podridas o por el contrario, muy verdes, se generarían problemas; y cada problema, significa pérdida de aromas y sabores propios de cada tipo de uva.
Claro que cada estilo de vino a elaborar, implica diferentes exigencias en el contenido de azúcar de las uvas y sanidad. Por ejemplo, los vinos espumantes requieren de uvas con muy rica acidez y no tanta azúcar (dos parámetros que son inversamente proporcionales, sobre todo en lugares donde hace mucho calor en verano). Los vinos tranquilos, que no van a tener guarda en maderas y saldrán al mercado pronto, requerirán por su parte de uvas con menos concentración de jugos, y menos madurez que las uvas destinadas a aquellos vinos que sí esperarán uno o dos años guardados en barricas de madera. Los vinos dulces, en tanto, necesitarán de uvas con alto contenido de azúcar, incluso deshidratadas o podridas noblemente, por ello, su cosecha suelen ser las últimas, ya a mitad de otoño, y sus vinos se llaman cosechas tardías o late harvest en inglés.
Entre medio, desde incluso antes de la brotación hasta vendimia, todo lo que ocurra en el viñedo será relevante para que las uvas puedan llegar al punto óptimo de madurez que haya dispuesto su enólogo y vitivinicultor. Nos referimos a eventos climáticos peligrosos, como pueden ser heladas, porque pueden quemar yemas, brotes y hojas; también a lluvias, que pueden caer copiosas y producir problemas de enfermedades fungosas; también granizos, lo que puede romper hojas, brotes y uvas; y como no, sequías, olas de frío o de calor extremo, todos fenómenos que pueden afectar todo el funcionamiento de las vides.

Otro de los factores necesarios para determinar el momento de cosecha, y que cada día se vuelve más complejo, tiene que ver con la mano de obra disponible, es por ello, que las bodegas cada año están utilizando más la ayuda de máquinas vendimiadoras. Estas máquinas eran mal vistas años atrás, debido a que rompían las plantas debido a la fuerza con que separaban las uvas de sus tallos en el mismo viñedo. Además junto a las uvas se llevaban muchas hojas, tallos, nidos, lagartijas… Hoy estas máquinas son tan sofisticadas que poseen mesas de selección mecánicas abordo. Esta ventaja, sumada a la disposición para trabajar a cualquier hora (incluso de noche, cuando las uvas están más frescas) se han convertido en grandes aliados, sobre todo para grandes extensiones de viñedos que deben ser cosechados en poco tiempo.

Por otro lado, las cosechas manuales siguen siendo las más requerida para la producción de grandes vinos, ya que asegura que las uvas vendimiadas con tijeras, con cuidado, lleguen sin romperse a la bodega. Por lo general llegarán en pequeñas cajas, llamadas gamelas, las que no poseen más de 18 kilos cada una de capacidad. Las uvas cosechadas a máquina, serán en cambio depositadas directamente desde grandes tolvas a grandes pozos de recepción, sin posibilidad de hacer ningún tipo de selección.
Una vez en la bodega, las uvas que llegan en gamelas se someterán a una selección final con la ayuda de personas dispuestas a ambos lados de las cintas trasportadoras. Un trabajo meticuloso, en las llamadas mesas de selección, que suelen realizar mujeres ya que requiere mucha atención para descartar hojas, uvas deshidratas o podridas. En algunas bodegas, las más sofisticadas, incluso llevan un paso más allá este trabajo para sus grandes vinos con máquinas que poseen sensores laser.
Finalmente, sea cual sea el vino que se quiera elaborar, las uvas serán conducidas a los recipientes de fermentación. No sin antes prensar las uvas para separar su jugo de pieles y semillas, si es que se quiere elaborar vinos blancos. Esta es la gran diferencia en la elaboración de vinos blancos y tintos, pues para tintos, jugos y pieles coloreadas avanzan juntas hasta los estanques de fermentación. Es la razón también por la cual, los vinos blancos suelen requerir de menos madurez en sus pieles, y sí de muy buena acidez en sus jugos.
Como verán, hacer vino no están fácil, depende de una cantidad de decisiones que se deben tomar tanto en viñedos como en bodegas. Y justo, ahora (desde mediados de febrero hasta inicios de mayo en el hemisferio sur) estas decisiones se están tomando. Mientras tanto, la invitación es a celebrar la época de vendimia disfrutando de las más diversas fiestas que con este fin se suelen organizar en regiones vitivinícolas , y donde por supuesto el vino local es protagonista junto con su gastronomía y música. Para eso solo tiene una oportunidad. O mejor dicho muchas oportunidades, pero una sola de ellas será la optima para el tipo de vinos que deseen hacer.


Especial de Vendimia
Tiempo de Vendimia

La vendimia es la poca más importante para la producción del vino sin discusión alguna, y eso se debe a que durante estos meses del año, entre fines del verano e inicios del otoño (según sea el hemisferio donde estén), las bodegas deben decir cuándo van a cosechar sus diferentes frutos. Una decisión que no es nada sencilla, porque si se equivocan en el punto de madurez de las uvas, o acaso ocurre algún problema en viñedos o en bodega para convertirlas en vino, deberán esperar todo un año para volver a intentar la calidad que querían.
Esta es la razón por la cual que es tan importante que quienes están a cargo de tomar las decisiones en relación a la fecha de cosecha, sean personas con mucha experiencia. Degustación y análisis de laboratorio ayudan en esta tarea.
Los encargados de cuidar el viñedo durante todo el tiempo en que se fueron desarrollando las uvas, hasta el momento de cosecharlas, son los vitivinicultores. Ellos, tienen como rol principal, entregar a la bodega las uvas maduras según sea el tipo de vino que con ellas se busque elaborar, y siempre lo más sanas posibles. Sabido es que con uvas malas no se pueden hacer milagros, y es el enólogo en bodega quien tiene la tarea de no estropearlas, o por el contrario, resolver si vienen con problemas. Y es que, en el sentido más purista del proceso de convertir el jugo de las uvas en vino, sólo se necesita de la acción de las levaduras. Son ellas, microscópicos organismos, las que convierten sin ayuda más que de nutrientes presentes en el mismo mosto los azúcares del jugo en alcohol.
Para que este proceso llamado fermentación alcohólica se realice sin problemas, es decir que las levaduras hagan su trabajo sin tomarse descansos o peor aún, dejar de alimentarse, es muy importante que las uvas lleguen lo más sanas posible a la bodega. De estar podridas o por el contrario, muy verdes, se generarían problemas; y cada problema, significa pérdida de aromas y sabores propios de cada tipo de uva.
Claro que cada estilo de vino a elaborar, implica diferentes exigencias en el contenido de azúcar de las uvas y sanidad. Por ejemplo, los vinos espumantes requieren de uvas con muy rica acidez y no tanta azúcar (dos parámetros que son inversamente proporcionales, sobre todo en lugares donde hace mucho calor en verano). Los vinos tranquilos, que no van a tener guarda en maderas y saldrán al mercado pronto, requerirán por su parte de uvas con menos concentración de jugos, y menos madurez que las uvas destinadas a aquellos vinos que sí esperarán uno o dos años guardados en barricas de madera. Los vinos dulces, en tanto, necesitarán de uvas con alto contenido de azúcar, incluso deshidratadas o podridas noblemente, por ello, su cosecha suelen ser las últimas, ya a mitad de otoño, y sus vinos se llaman cosechas tardías o late harvest en inglés.
Entre medio, desde incluso antes de la brotación hasta vendimia, todo lo que ocurra en el viñedo será relevante para que las uvas puedan llegar al punto óptimo de madurez que haya dispuesto su enólogo y vitivinicultor. Nos referimos a eventos climáticos peligrosos, como pueden ser heladas, porque pueden quemar yemas, brotes y hojas; también a lluvias, que pueden caer copiosas y producir problemas de enfermedades fungosas; también granizos, lo que puede romper hojas, brotes y uvas; y como no, sequías, olas de frío o de calor extremo, todos fenómenos que pueden afectar todo el funcionamiento de las vides.

Otro de los factores necesarios para determinar el momento de cosecha, y que cada día se vuelve más complejo, tiene que ver con la mano de obra disponible, es por ello, que las bodegas cada año están utilizando más la ayuda de máquinas vendimiadoras. Estas máquinas eran mal vistas años atrás, debido a que rompían las plantas debido a la fuerza con que separaban las uvas de sus tallos en el mismo viñedo. Además junto a las uvas se llevaban muchas hojas, tallos, nidos, lagartijas… Hoy estas máquinas son tan sofisticadas que poseen mesas de selección mecánicas abordo. Esta ventaja, sumada a la disposición para trabajar a cualquier hora (incluso de noche, cuando las uvas están más frescas) se han convertido en grandes aliados, sobre todo para grandes extensiones de viñedos que deben ser cosechados en poco tiempo.

Por otro lado, las cosechas manuales siguen siendo las más requerida para la producción de grandes vinos, ya que asegura que las uvas vendimiadas con tijeras, con cuidado, lleguen sin romperse a la bodega. Por lo general llegarán en pequeñas cajas, llamadas gamelas, las que no poseen más de 18 kilos cada una de capacidad. Las uvas cosechadas a máquina, serán en cambio depositadas directamente desde grandes tolvas a grandes pozos de recepción, sin posibilidad de hacer ningún tipo de selección.
Una vez en la bodega, las uvas que llegan en gamelas se someterán a una selección final con la ayuda de personas dispuestas a ambos lados de las cintas trasportadoras. Un trabajo meticuloso, en las llamadas mesas de selección, que suelen realizar mujeres ya que requiere mucha atención para descartar hojas, uvas deshidratas o podridas. En algunas bodegas, las más sofisticadas, incluso llevan un paso más allá este trabajo para sus grandes vinos con máquinas que poseen sensores laser.
Finalmente, sea cual sea el vino que se quiera elaborar, las uvas serán conducidas a los recipientes de fermentación. No sin antes prensar las uvas para separar su jugo de pieles y semillas, si es que se quiere elaborar vinos blancos. Esta es la gran diferencia en la elaboración de vinos blancos y tintos, pues para tintos, jugos y pieles coloreadas avanzan juntas hasta los estanques de fermentación. Es la razón también por la cual, los vinos blancos suelen requerir de menos madurez en sus pieles, y sí de muy buena acidez en sus jugos.
Como verán, hacer vino no están fácil, depende de una cantidad de decisiones que se deben tomar tanto en viñedos como en bodegas. Y justo, ahora (desde mediados de febrero hasta inicios de mayo en el hemisferio sur) estas decisiones se están tomando. Mientras tanto, la invitación es a celebrar la época de vendimia disfrutando de las más diversas fiestas que con este fin se suelen organizar en regiones vitivinícolas , y donde por supuesto el vino local es protagonista junto con su gastronomía y música. Para eso solo tiene una oportunidad. O mejor dicho muchas oportunidades, pero una sola de ellas será la optima para el tipo de vinos que deseen hacer.

